Hace unos días leía un excelente post de Juan Mateo en su blog que os
recomiendo, se llamaba, Motivar No Gracias.
Y curiosamente hoy en el diario El País hay un articulo que habla de que
algunas empresas refuerzan el compromiso de su plantilla con proyectos en
equipo y reconocimiento
Dice EL
PAÍS: “Honestidad y transparencia.
Esos son los
principios que tienen que reinar entre los directivos que gestionan unas
plantillas en las que se ha instalado el miedo a las consecuencias de la
crisis, a la pérdida de puestos de trabajo que está acarreando el descenso de
las ventas y de los beneficios de las empresas españolas en que trabajan.
Parece que
un importante laboratorios farmacéutico apuesta por la motivación de sus
empleados para erradicar el miedo al cambio que se está produciendo en la
industria de los medicamentos genéricos, fomentar la creatividad y el
compromiso.
Para ello ha
puesto en marcha la iniciativa pensar fuera de la caja, que consiste en un
ciclo de conferencias impartidas por expertos en diferentes disciplinas entre
sus trabajadores.”
Sin embargo yo
personalmente creo que esta idea es absolutamente errónea, ya que se parte de
la base que haciendo actividades juntos como rafting y otros deportes de equipo
se consigue que la gente se motive e implique en la empresa.
Nada mas
lejos de la realidad, en cuanto se acaba ese fin de semana de actividades al
aire libre se vuelve a los problemas habituales del día a día, las puñaladas entre los departamentos, y los círculos de poder. Y
lo digo porque lo he visto con mis propios ojos.
Los gerentes
entonces se preguntan pero ¿porque esta gente no se motiva? ¿qué mas podemos
hacer?
Volviendo al
blog de Juan cito textualmente.
“Una sociedad que no entiende que por encima de los intereses personales
existen una serie de principios de comportamiento (Valores) que señalan, por
delante de cualquier otra cosa, nuestras responsabilidades, es una sociedad
abocada al más estrepitoso de los fracasos.
No sé usted, pero yo oí muchas veces en mi infancia y en mi juventud una
frase que decía: “Lo tienes que hacer porque es tu obligación”.
Esa frase que nos indicaba la responsabilidad adquirida; estudiar, trabajar
o cualquier otro asunto, desapareció del mapa mental que manejábamos pues la
filosofía que se impuso tachaba a esta doctrina de poco menos que de fascista y
retrógrada.
Es decir, se terminó, de golpe y porrazo, con la responsabilidad personal y
se pasó a culpar a los demás o al sistema (esto último es siempre muy
socorrido) de nuestras miserias personales y así nos evitábamos tener que
cumplir con lo más duro, menos apetecible y más sacrificado de la actividad que
realizásemos.
“¡Es que no me motivan!” es la frase lapidaria que nos muestra el “estado
del arte” en estas cuestiones.
Es decir, los padres tienen la obligación de pagarle unos estudios a
su hijo e ir a trabajar todos los días para procurarle lo mejor pero este sólo
responderá si está “motivado” y eso también recaerá sobre la espalda de los
educadores.
Las empresas tienen la obligación de pagar los salarios, la
seguridad social, los beneficios sociales, etc., pero muchos trabajadores no
aceptan la obligación de dar lo mejor de si mismos a no ser que “les motiven”.
Si no es así creerán tener el derecho a no trabajar o a ser poco productivos.
Muchos financieros entendieron que el beneficio, sus bonos, la bolsa o los
analistas financieros eran su obligación, por encima de cualquier mínimo
concepto ético que les impidiese engañar a ciudadanos honrados y trabajadores.
El
problema es que a ninguno les he visto castigados en el rincón o sin salir al
recreo. Muy al contrario, van de chulos por el patio porque después de todo, ni
el director se atreve con ellos.”
Desde luego no se puede ser mas clarito, vale ya de
tanto rollo de la motivación y que cada uno asuma su responsabilidad, sin
embargo para los que trabajamos en lean, creemos que la motivación no depende
de días al aire libre y de otras tonterías motivadoras de nueva onda.
Mas bien depende de 2 factores, el primero que los
jefes trabajen en el gemba, es decir que se arremanguen y se vayan donde
ocurren las cosas, trabajando con su gente, viendo sus problemas, y trabajando
con ellos para solucionarlos, no estando en su despacho viendo mails y cifras.
Y por otra parte exigiendo a los trabajadores que
hagan 2 cosas, 1º que cumplan con sus obligaciones, efectuando un seguimiento
diario, y 2º que participen con sus ideas para el beneficio de la empresa.
Probablemente alguno pensara que no estoy en la onda,
y que soy un retrogrado, pero sinceramente de ser tan motivadores y simpáticos hemos
pasado al otro extremo y ahora tenemos unos problemas de competitividad que nos
perjudican a todos.
Sin embargo las empresas serias que actúan de esta
manera tienen grandes mejoras y beneficios, siendo admiradas, y las hay hasta
en España, llámense Mercadona, Zara, etc.
Saludos.
Luis Perona
Automotivarnos en el día a día del trabajo tiene que ver con buscar mejorar lo que hago, pensar en nuevas maneras de hacer las cosas y llevarlas a cabo.Seguramente hacer cosas en las que participamos en el desarrollo de cómo se van a realizar nos dará mucho mas satisfacción de que nos digan u ordenen como hacerlo.
ResponderEliminarMe parecen muy buenas las reflexiones de este blog.
Relacionar la motivacion y la productividad es la clave.