Una
de las preguntas típicas que me suelen hacer, cuando empezamos a implementar
lean, es esa.
Los
responsables han decidido poner en marcha un programa lean, han explicado a los
operarios lo que hay que hacer y porque hay que hacerlo, e incluso han puesto
paneles de datos con montones de gráficos, y recordatorios de los beneficios
esperados.
Pero
parece que los empleados trabajan en otra fabrica, porque solo conseguimos que
hagan las cosas que les pedimos, si estamos vigilándoles constantemente.
¿Qué
es lo que falla?
¿No
hemos explicado bien lo que queremos hacer?
Seguro
que lo has explicado perfectamente, pero se te ha olvidado una parte de la
ecuación.
Tu
has explicado lo que tu quieres, lo que la empresa quiere, pero no has
explicado lo que el operario quiere.
¿Y
no es lo mismo? Te preguntarás.
Pues
no, no es lo mismo.
Recuerdo
una frase celebre de Dale Carnegie que decía:
“El único medio que tenemos para influir en la gente es
hablar acerca de lo que el quiere y demostrarle como conseguirlo”.
Y es muy lógico.
Tu sabes lo que quiere la empresa, te lo han explicado los
jefazos, e incluso te han enviado a un curso sobre lean para que te empapes de
la transformación lean. Y probablemente tu crees fervientemente en que lo que vais
a hacer es lo mejor.
Perfecto, todo eso, está en tu cabeza.
Pero no en la del operario, el operario sabe que su prima
de producción depende de las unidades por hora que haga, o de las unidades que
pasan el control de calidad con respecto a el total de unidades, o cualquier
otra variable que exista en tu empresa.
Y ahora tu le dices, que si ve un defecto pare las maquinas
y avise al encargado, para que lo solucionéis.
Para ti es lo lógico, pero para tu operario, eso significa
que va a dejar de cobrar 50€ a final de mes de productividad, y eso no se lo
puede permitir.
Así que ya sabes lo que va a hacer, en cuanto no estés
vigilando, ¿verdad?
Hacer cualquier arreglo chapucero del problema para seguir
produciendo sin parar.
Por tanto cuando mañana quieras persuadir a alguien de
que haga algo, antes de hablar, haz una pausa y pregúntate:
¿Como
puedo lograr que quiera hacerlo? Esa pregunta impedirá que te lances impetuosamente a hablar inútilmente
de todos tus deseos.
Tus
deseos son tuyos, pero los de nuestros operarios no tienen nada que ver con
ellos.
Recuerdo
un caso en una empresa que estuve como consultor, en la que había un operario
que nunca cooperaba, daba igual lo que le dijera, la respuesta siempre era NO.
Al
final, conseguí cierta confianza con el, y le pregunté porque siempre era tan
negativo.
La
respuesta fue demoledora.
Mira
Luis yo tengo 50 años, y llevo 25 en esta empresa, mi experiencia es todo lo
que tengo. Si yo hago lo que tu me dices, seré uno más, no habrá diferencia con
el resto, y por tanto, la empresa en
cualquier momento me podrá despedir.
Para
aquel hombre su experiencia era su garantía de seguir trabajando, y no estaba
dispuesta a perderla bajo ningún concepto.
Interesante,
¿verdad?
Pues
es lo mismo que pasa en tu empresa, por tanto si quieres que los empleados
colaboren, antes de hablar de lo que quiere la empresa, empieza por saber que
quieren ellos, y de está forma, si eres capaz de alinear lo que quiere la
empresa y lo que ellos quieren tendrás éxito seguro.
Alguno
pensareis que esto es muy difícil y lleva mucho tiempo, pero es así, recordad
que la clave de lean son las personas, no los procesos ni las maquinas, solo
las personas. Y las personas no son criaturas racionales, son emocionales.
Si
sus emociones les dicen que lo que estás proponiendo no es bueno, sabotearan tu
proyecto.
Éxito.
Tenéis
mas información sobre como tratar con las personas en mi libro H&H los
mejores hábitos y herramientas para directivos.
Saludos.
Luis
Perona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor añade tus comentarios sobre lean, preguntas, dudas, etc.
Gracias Luis Perona