Una de
las cosas a las que nos enfrentábamos al analizar la demanda era que como no tenemos
un flujo continuo no podíamos definir el takt time (o tiempo de producción de acuerdo a la demanda), de tal forma que decidimos
buscar takt times individuales por cada tipo de servicio que damos.
Esto lo
analizamos usando el cronometro, así efectuamos mediciones para las operaciones
mas habituales (en nuestro caso de cable coaxial cortado, los montajes de
conectores y de kits, los embalajes y las expediciones).
Con estas
mediciones, nos dimos cuenta de cuanto se tardaba desde que teníamos el pedido
hasta que estaba terminado y una vez conocido el tiempo total invertido
ejecutamos un plan para reducirlo a la mitad
Uno de
los sistemas que mejor no sirvió para poder reducir el tiempo a la mitad fue el
de los supermercados.
Y es que uno de
los problemas que afectaba a la productividad y al tiempo de producción eran
los “paseos” para ir a por el material necesario.
Así en el
corte de cable coaxial había que ir a por las bobinas vacías (en las que va
enrollado el cable) las cuales estaban en la campa posterior y el tiempo de
aprovisionamiento es de unos 5 minutos.
En el
montaje había que ir a coger los conectores necesarios para montar el cable los
cuales están en las estanterías del almacén a 2 minutos de distancia.
En los
kits pasaba lo mismo y en las expediciones todavía era peor ya que teníamos un
problema (según los operarios por falta de
suficientes carretillas retráctiles) ya que no dábamos a basto para
preparar los pedidos.
¿Que
hicimos?
Creamos 4
supermercados, uno en el corte para tener suficientes bobinas de cable y vacías
por cada tipo de cable y que permitieran un mínimo de 3 horas de trabajo, y en
el montaje, kits y shipping, utilizando estanterías dinámicas (con inclinación
y rodillos) usando tarjetas kanban para reponer los productos.
En cada
tarjeta hay un producto con un máximo y mínimo a mantener, cuando se llega al
mínimo el operario que retira el producto coloca la tarjeta al revés, mostrando
un color chillón que indica que hay que reponer.
Hicimos
tarjetas de diferentes colores para evitar confusiones, ya que el mismo
producto podía ser utilizado en varios supermercados, así el color naranja era
para montaje, el amarillo para expediciones, y el rojo para kits.
Esto nos
solucionaba otro problema antiguo, que era donde dejar el material a granel
para ser utilizado en los kits, el cual era muy voluminoso
En lugar
de efectuar grandes lotes de kits, lo que hicimos fue reducir la cantidad de
cada orden de producción a la cantidad solicitada por el cliente, y en caso de
que esta fuera muy grande a múltiplos de 50 unidades.
Así cada
orden de producción podía tener un máximo de 50 kits.
De esta
forma en el supermercado de kits podía haber suficiente stock para 100 kits e
ir reponiendo producto según las tarjetas kanban se introducían.
Además
las estanterías nos permitían tener el stock cerca de la zona de trabajo, todos
los consumibles necesarios y evitar los paseos anteriores.
En la
zona de expediciones se efectuaron grandes mejoras, ya que ahora solo una
persona efectuaba el picking de productos y aprovisionaba los supermercados, de
esta forma ya se había solucionado el problema de las retráctiles (que los
operarios decían que no eran suficientes) reduciendo la cantidad de retráctiles
a una y una transpaleta eléctrica, ahorrando 1800€ por mes en maquinaria.
El
supermercado además nos permitió mantener un mínimo buffer stock para poder
reaccionar a las demandas de los clientes y evitar el continuo
reaprovisionamiento.
En el
caso de compras, hicimos lo mismo.
Informamos
a nuestro mayor proveedor de que íbamos a empezar a trabajar con un sistema de
supermercado, en el cual el tendría un mínimo y un máximo por cada producto.
Cada día
le enviaríamos vía mail el consumo que se había producido y el seria el
responsable de reponer los productos combinando los diferentes artículos en el
camión de reparto.
Como los
envíos se hacian por camión completo el decidía la mejor combinación y las
fechas de salida y llegada, de tal forma que evitaba las prisas de ultima hora
por pedidos urgentes y también nivelaba su producción.
Además al
estar en un operador logístico pagamos el espacio ocupado, pero conseguimos que
ya que el proveedor gestionaba nuestro stock, fuera el quien abonara este
espacio.
De esta
forma evitábamos sobrecargarnos de stock, ya que el proveedor sabría que tenia
que pagar mas metros cuadrados de los necesarios.
En caso
de pedidos excesivamente grandes que aparecieran de golpe, tendríamos que
informar inmediatamente al proveedor para reaccionar a tiempo.
Saludos.
Luis Perona
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