Una de las claves
para entender la diferencia entre las promesas que hacen las empresas y los
resultados conseguidos es ni mas ni menos que el seguimiento.
El seguimiento es
la piedra angular de la ejecución en las empresas, y cada líder que es bueno
ejecutando hace el seguimiento de forma casi religiosa, porque el seguimiento
asegura que la gente esta haciendo lo que se supone tiene que hacer en el
tiempo acordado.
Ninguna empresa puede entregar lo que se compromete o adaptarse bien al
cambio a menos que los lideres practiquen la disciplina del seguimiento a todos
los niveles y todos los días, el seguimiento tiene que ser una parte de la
estrategia de la compañía y sus metas.
Sin embargo normalmente es la parte olvidada de la ejecución.
Y ¿por que?
Porque a menos que
traslades las grandes ideas en acciones concretas no se ejecutaran.
Para lograrlo, el
trabajo que ningún líder puede delegar es el de tener a las personas correctas
en los puestos adecuados.
Si la empresa no
sabe que tipo de personas necesita y en que puestos, no solo hoy sino en el
futuro, no reclutaran, promocionaran y desarrollaran a esas personas para que
lleguen a ser los lideres del futuro.
El nivel de
excelencia no aparece por casualidad, conlleva un enorme trabajo por parte de
los lideres, que en algunos casos consumen entre el 30% y 40% de su día a día.
Si consumes la
misma cantidad de tiempo en desarrollar personas de la que utilizas en crear el
Budget de la empresa, en definir la estrategia competitiva, o el análisis
financiero de los resultados, tendrás un gran equipo que a su vez desarrollara
nuevos lideres, y esa si que es una ventaja competitiva.
Una de las preguntas
clave que los directivos no se hacen es:
¿Cuan buena es
esta persona consiguiendo que las cosas se hagan bien y a tiempo?
Si quieres
construir una empresa que sea excelente tienes que seleccionar a las personas
que consiguen que las cosas se hagan.
Y eso se consigue
con seguimiento constante, observando los hábitos de trabajo, de esas personas que
son las que motivan a otros, los que las mueven a actuar, los que son decisivos
en los temas complicados, los que consiguen que otros hagan su parte y para los
que el seguimiento es algo habitual.
Si la gente no
puede ejecutar el plan debido a que las circunstancias han cambiado, el
seguimiento nos permitirá modificar el plan utilizando nuestra creatividad.
Y si en el
seguimiento ves personas que no hacen lo que tienen que hacer, tienes que hacer
dos cosas, la primera, si la persona no sabe o no entiende lo que tiene que
hacer, formarla correctamente y asegurarte de que ha entendido lo que tiene que
hacer.
La segunda, si la
persona sabe lo que tiene que hacer y no lo hace, despedirla.
Ya se que suena
duro, pero no puedes permitir que una persona que no quiere trabajar como debe,
desmotive a los que están trabajando duro cada día.
Recuerdo una
anécdota de un club de futbol muy importante en la que dos de sus mejores
jugadores llegaban tarde a los entrenamientos y no entrenaban como debían.
Eran los mejores y
por eso nadie se atrevía a decirles nada, porque metían mas goles que los
demás.
Sin embargo el
equipo no ganó ningún titulo aquel año y el entrenador fue despedido.
El nuevo
entrenador, lo primero que hizo al llegar fue despedir a esos dos jugadores, y
al año siguiente lo ganaron todo.
No hay otro método,
haz seguimiento, seguimiento y seguimiento, para que los objetivos se
conviertan en resultados.
Tenéis mas información
en mi libro, H&H los mejores hábitos y herramientas para directivos.
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Saludos.
Luis Perona.
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