sábado, 24 de diciembre de 2011

¿Como empezar a aplicar Lean? (IV)

La pregunta que teníamos pendiente era como nivelar la carga de trabajo.

De nuevo, ¿que dice Toyota?


Eliminar el despilfarro es sólo un tercio de la ecuación para lograr el éxito del lean. Es tanto o más importante evitar sobrecargar a la gente y a los equipos y eliminar los desequilibrios en el programa de producción. Sin embargo esto es algo que por lo general no entienden las empresas que intentan implantar los principios lean.

Trabaje para nivelar la carga de trabajo de todos los procesos de fabricación y servicios como alternativa al enfoque de parar/empezar de trabajar en proyectos en lotes, habitual en la mayoría de las empresas.

El principio de lean es producir variedad de producto para poder competir en coste con la producción en masa, el sistema lean precisa que la demanda se halle lo más nivelada posible, para que todos los productos fluyan regularmente en los procesos y se necesite un mínimo de stock en los puntos necesarios, sin incurrir en riesgos de ruptura del flujo.

Así, si la demanda a cubrir para tres artículos en un período dado fuera, por ejemplo, de 500, 600 y 300 unidades, podríamos cubrirla produciendo lotes de 5, 6 y 3 unidades respectivamente y luego repetirla 100 veces. 

Si la demanda no es muy regular, es conveniente nivelarla, antes de convertirla en un programa de producción.

Equilibrar los procesos, supone que los puestos de trabajo que los componen, se diseñen de manera que se distribuya la carga de trabajo  equitativamente entre ellos y todos tengan la misma capacidad de producción.

Normalmente en las plantas de producción los puestos más cargados se acaban comportando como cuellos de botella, deteniéndose el avance del producto al llegar a ellos, acumulándose en forma de stock pendiente de ser procesado y por tanto, generándose las correspondientes esperas de materiales frente a tales puestos, mientras que en los que les siguen podrían sufrir también desperdicios en esperas, en este caso por falta de material, con el resultado final de un flujo irregular e interrumpido frecuentemente.

Para evitar el problema de los cuellos de botellas hay tres condiciones a implementar:

La primera es una disposición física de las tareas a realizar por parte de los puestos de trabajo, suficientemente próximas entre sí y con la ubicación de los puestos de trabajo que facilite el flujo.

La segunda es una formación polivalente del personal a cargo del proceso, para que no tengan problemas en asumir las tareas que convengan a la distribución equitativa.

La tercera supone tener máquinas o equipos parados el tiempo que convenga. Si parados, aunque nos duela, es mejor no hacer nada que generar inventario obsoleto.

Si se fabrica sobre pedido (sin previsiones),  se puede usar un esquema de “día a día, hora a hora” (“day by hour”), que implica “empujar” el producto empezando en el comienzo del proceso de producción, basándose en programación y en el tiempo que transcurre desde que el cliente realiza el pedido hasta que éste se ha entregado.

Esto requiere un tiempo de ciclo (cycle time) predecible, que la mayoría de compañías conocen por los cálculos realizados en la estimación de costes.

La experiencia muestra que en una empresa con alta variedad y bajo volumen de producción, la programación visual o “day by hour” tiene las siguientes ventajas :

La productividad aumenta entre un 10-15% cuando se trabaja para resolver los problemas que surjan.

Mejora la habilidad para detectar y reaccionar inmediatamente, cuando existan problemas y retrasos en la programación, así como la habilidad para programar  y confirmar con exactitud los tiempos estimados

 La pregunta ahora es ¿y que hacemos con los defectos de calidad?

La herramienta que utiliza Toyota se llama Jidoka, en el siguiente capitulo os explico como funciona.


Saludos
Luis Perona

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