Un conflicto es una tensión de opuestos.
El conflicto es lo que nos hace avanzar, el enfrentamiento entre 2 formas de pensar hace avanzar.
El peor problema de un conflicto es evitarlo, si lo metemos en la nevera por medio de no hacer nada, tendremos un problemas podrido.
Con los conflictos hay que tomar el toro por los cuernos.
La mayoría de las empresas simula que no hay conflictos, pero en el momento en que hay una relación hay un conflicto.
Cuanto más crezca el conflicto más conflictos atrae , es un deposito de agravios contra los otros.
Un equipo sin conflictos no existe, es bueno que haya conflictos. Los conflictos no se deben desplazar, exagerar, identificarnos con el agresor o racionalizar en exceso.
Nunca hay una sola causa para un conflicto, siempre hay múltiples factores, por ejemplo la relación con la persona que tenemos el conflicto,
Los conflictos se superponen y solapan unos con otros, los conflictos no aparecen por su lugar natural, aparecen por el lugar más débil, igual que el agua busca el sitio por el que es más fácil salir.
El conflicto suele tener un detonante nimio, cualquier tontería , pero el conflicto empezó mucho antes.
El conflicto varía y se transforma continuamente, de cómo empieza a cómo termina hay gran diferencia.
El entorno y el trasfondo están umbilicalmente unidos.
La solución de un conflicto debe ser equitativa, no se trata de una gana y otro pierde.
Hay un cuento de Juan Mateo que explica este tema:
Un matrimonio judío quería arreglar sus problemas, la mujer se los cuenta al rabino y este le da la razón, después el marido le cuenta los suyos y el rabino le da la razón, el hombre le dice, oiga o ella tiene razón o la tengo yo, pero no los dos, y el rabino contesta tiene Vd. toda la razón.
Moraleja, en vez de escuchar otros puntos de vista, nos empeñamos en tener razón a toda costa, imponiendo solo nuestro punto de vista y no admitiendo otros.
Las cosas no son como son sino como somos.
Uno solo ve lo que está preparado para ver, nos influye nuestra educación, etc.
Un ejemplo lo da Steven Covey cuando explica lo que sucedió con 2 barcos que estaban en medio de la niebla.
El 1º le pide al 2º que desvíe el rumbo para evitar una colisión, el 2º responde que es un acorazado y que el otro es el que debe desviarse.
La conversación sigue igual y sube de tono hasta que el acorazado le dice al interlocutor que si no se desvían tendrán que usar su armamento para evitar la colisión, el otro contesta, yo soy un faro.
Quien cambió el rumbo?
Moraleja, puede ser que haya muchas formas de ver la solución de un conflicto.
Saludos
Luis Perona
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