La gestión del rendimiento IV

4º Asumir la responsabilidad de la comunicación

Concéntrese en aumentar el rendimiento de la persona que usted haya escogido como líder de su grupo de colaboradores en lugar de querer incidir en el desarrollo de toda la organización.

Si el rendimiento de su equipo es alto, la media general de todo el personal tenderá a subir. En consecuencia, asegúrese de colocar en la posición de liderazgo a una persona que tenga las cualidades necesarias para realizar un buen trabajo.

Esto implica centrarse en los puntos fuertes de esa persona y considerar sus puntos débiles como irrelevantes a menos que éstos obstaculicen el despliegue completo de sus cualidades.

Los supervisores de 1ª línea, ¿con qué frecuencia se les capacita?, ¿se identifican con los objetivos corporativos y los difunden?. Ellos son los encargados de explicar y transmitir los objetivos corporativos a los empleados

Los ejecutivos eficaces se aseguran de que se entiendan tanto sus planes de acción como sus necesidades de información.

Todos los ejecutivos deben identificar la información que necesitan, pedirla e insistir hasta conseguirla.

Los trabajadores del conocimiento de una organización no desarrollan unas buenas relaciones humanas porque tengan «don de gentes».

Establecen unas buenas relaciones humanas porque se concentran en aportar sus conocimientos tanto en su propio trabajo como en el trabajo de los demás.

Colaborar con los demás proporciona los cuatro requisitos básicos para las relaciones humanas eficaces:

• Desarrollo personal.

• Buen nivel de comunicación.

• Trabajo en equipo.

• Desarrollo de los demás.

Aproveche al máximo el conocimiento y las capacidades de sus subordinados.

Utilice su responsabilidad de realizar aportaciones al trabajo del grupo como la base para establecer una buena comunicación.

Asegúrese de que la gente con quien trabaja entiende sus prioridades. Las organizaciones fallan cuando los trabajadores tienen que adivinar cuáles son los objetivos de su jefe, ya que invariablemente las suposiciones son erróneas.

Así pues, el director general debe decir: «Mis objetivos son éstos». Después debe preguntar a sus colaboradores: «¿En qué os concentráis vosotros?», «?Habéis puesto mi principal objetivo en el primer lugar de vuestra lista de prioridades?, ¿por qué?».

Saludos

Luis Perona