Hace
poco leí un articulo de José Antonio Marina donde hablaba de que nos hemos
convertido en una sociedad que quiere soluciones fáciles para todo.
Vivimos
en la era de la inmediatez, si quieres saber algo vas a Google y lo encuentras.
Que
buscas un numero de teléfono, ya no tienes que memorizarlo o buscarlo en la
agenda de papel que teníamos antes, directamente le dices a Siri que te lo
busque y ya está.
Que
quieres saber que ha pasado en los últimos 20 minutos en cualquier parte del
mundo, pues vas a la prensa digital y lo tienes.
Que
tu hijo ha suspendido varias asignaturas, no pasa nada, le pasan de curso y ya
las aprobará.
Todo
es rápido, fácil y frustrantemente…… ineficaz.
Y es
que cuando en nuestro trabajo buscamos soluciones rápidas, vemos que no
existen.
Si
tienes una producción, te das cuenta de que los cuellos de botella, no
desaparecen, te das cuenta también de que tu nivel de inmovilizado no se
reduce, de que el nivel de reclamaciones crece, y de que tus operarios no hacen
lo que tienen que hacer.
Pero
¿por qué?
Porque
en la vida real, las cosas no se solucionan de forma sencilla.
Hay
muchas complicaciones y cambiarlas requiere mucha, paciencia, perseverancia y
disciplina.
Como
he dicho en algunos post, no se pueden comprar soluciones lean, hay que
aprender las herramientas, desarrollarlas en nuestro ámbito de trabajo, y sobre
todo involucrar a todos los que intervienen en el proceso para que funcione.
Eso
lleva muchas horas de análisis, de propuestas, de intentos de mejora y de
volver a analizar porque la propuesta no ha funcionado bien.
Lo que
permite a las empresas lean tener resultados espectaculares, son muchos años de
trabajo en la sombra para crear una cultura de esfuerzo, y valores compartidos
para llegar a buen puerto.
Es
algo parecido a lo que sucede con la educación en este país. Todo el mundo dice
que hay que mejorarla, pero nadie está dispuesto a invertir en ella y poner los
procesos en marcha para que se consigan las mejoras esperadas.
Por
eso cada poco tiempo se decide cambiar todo y volver a empezar con el
consiguiente caos para todos los implicados.
Sin
embargo hace poco veía un documental de la educación en Singapur, país que
obtiene siempre el numero uno en el sistema PISA, y explicaban que llevan mas
de 30 años analizando como mejorarla y copiando los mejores métodos.
Curioso,
¿verdad?
Entonces,
¿qué podemos hacer?
Pues
como dice Steven Covey primero lo primero.
Y
esto es decidir que queremos hacer, cual es el objetivo, definirlo claramente,
no un objetivo genérico, sino especifico, realista, medible, y con un plazo de
tiempo determinado.
Y
ver todos los pasos que se necesitan para lograrlo, de tal modo que tengamos
una hoja de ruta clara y especifica para llegar.
A
partir de ahí, solo hay que hacer una cosa. Aprender de los mejores y trabajar,
trabajar, y trabajar hasta conseguir que los primeros objetivos se afiancen.
Es en
ese momento, a partir de los primeros logros, cuando la gente empieza a darse
cuenta de que los objetivos se pueden lograr.
Y seguimos
igual trabajando con paciencia, perseverando a pesar de todos los
inconvenientes y problemas que van a
surgir y sobre todo con la disciplina de aplicar el método lean, porque es el
que funciona.
Alguno
dirá que eso es muy complicado y lleva mucho tiempo, pero la alternativa es
hacer todo rápido y fácil y después de quejarte de que nada funciona como debía.
Como
digo muchas veces, puedes pagar antes o después. Lo que no pagues antes en
trabajar con el método lean lo pagarás después en problemas, reclamaciones y
dolores de cabeza.
Tu
decides.
Tienes
mas información en mi libro ExceLEANcia, este es el enlace:
Saludos.
Luis
Perona.
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Gracias Luis Perona